Santibañez y El Guijo Celebran la Matanza Tradicional

I.S.Casquero. Santibañez. LA IV MAtanza Tradicional,atrajo a muchos hijos ausentes del pueblo de santibañez. El Guijo eligió el camping para su celebración. La cuarta edición de la matanza de Santibañez, consolida la actividad en el calendario festivo de la localidad.


Un nutrido grupo de mujeres de la localidad se encargó el sábado de pelar 250 kgs de patatas, ajo y demás condimentos para la comida del día de la matanza. Estuvieron acompañadas de chichas, panceta frita, sangría y refrescos para los pequeños, en una jornada donde el calor fue el protagonista.

Muchos hijos del pueblo ausentes se dieron cita en esta IV edición para disfrutar de la buena compañía de amigos y familiares. De Andalucía llegó un nutrido grupo santibañejos, que han perpetuado sus raíces a través de los vínculos y restauración de la casa de los abuelos.

A las 10:30 llegó el cerdo en la plaza mayor listo para el sacrificio, aunque desde las 9 horas y con la plaza semivacía, Jon, Luisa, Ismael y Elvira además de otros ayudantes como Lucas y José tenían todo listo para que las patatas estuvieran a la hora.

La matanza se iniciaba con el sangrado del cerdo ante la expectación de muchos pequeños que por primea vez veían el sacrificio de un cerdo bajo un sol de justicia, nada habitual en estas fechas. Y aunque la tradición marca el sacrificio al amanecer la hora más tardía permitió asistir a numeroso público al chomascado del cerdo, la extracción de las vísceras y el descuartizado que se realizó rápidamente por los hermanos González Pérez, expertos chacineros de la localidad.

Poco minutos después, los cocineros seguían con su trabajo elaborando la comida para unas 500 personas mientras la plaza se fue llenando para recoger su porción de comida a base de patatas “machás”, torreznos, chichas, buen pan del pueblo y la sangría que el día antes reposó como es debido en la cochera de Nicolás Baranda y Elvira.
En esta ocasión la Plaza Mayor, por las altas temperaturas, se convirtió en el lugar ideal para comer y pasar la tarde en buena compañía y buen ambiente como es preceptivo en estas ocasiones, en las que una nueva edición sirvió para estrechar lazos fraternales. No faltó la buena música de una charanga placentina que animó el ágora antes de la comida y después de la misma , donde la danza salió de la panza, ya que se comió magníficamente y hubo que calificar los palos de matrícula de honor cum lauden para el chef de todo los años, Jon y su subalterna Luisa.


A la cita por segundo año consecutivo no falto la TV vasca del canal de Zaráutz que emitirá de nuevo en tierras del norte una nueva matanza, sobre todo para los numerosos paisanos que residen entre Orio, Zaráutz y Zumaya a lo largo y ancho de la cornisa septentrional de España.

El Guijo

El sábado, 25 de febrero, en el camping municipal de El Guijo se celebró la matanza tradicional promovida por el Ayuntamiento, Asociación de mujeres y vecinos.

Aunque en un principio se pensó celebrarla en la plaza mayor de la localidad, al final el ayuntamiento decidió realizarla en el camping a orillas del Tormes, donde los más pequeños pudieron jugar en un recinto cerrado con cancha deportiva y con un día magnífico y unas instalaciones para comer y pernoctar todos aquellos que vinculados de una manera u otra con el Guijo de Ávila decidieron desplazarse desde Madrid, Valladolid, El País Vasco, Salamanca y otros puntos de la geografía nacional.

A las 12 comenzaba el rito tradicional de la matanza más auténtico, asistentes pudieron disfrutar con los expertos chacineros de la localidad. Alfonso Martín, sus hijos y nietos realizaron todo el proceso, ante aproximadamente 150 personas.

A la una ya se pudieron degustar las chicas, que prepararon y repartieron las mujeres dela Asociación de Mujeres de la localidad. Desde el día de Santa Águeda han comenzado una serie de actividades culturales y lúdicas que tienen previstas actividades dinamizadoras para el municipio. 

El primer día de matanza terminó con un chocolate para los asistentes al filo de las 21 horas.