La Alberca exhibe las singularidades de su tradicional Corpus

Rendicion corpus Alberca
Paños originales y bordados en los siglos XV y XVI, junto a otros más recientes pero ornados con la técnica tradicional, lucen esta mañana a modo de repostero en los balcones de la casas serranas de La Alberca (Salamanca) como muestra de devoción al paso del Santísimo.

Rituales serranos propios de este municipio -el primero de España en ser declarado Conjunto Histórico y Artístico-, reproducen esos paños que, al decir de los nativos, "pulen los balcones" para recibir el paso hoy, por sus calles estrechas y empedradas, de la sagrada custodia con motivo de la festividad del Corpus Christi.

Los de lino más antiguos se fabricaban en los telares que en La Alberca proliferaron tras la Reconquista y que ahora las familias albercanas preservan con mimo en arcones y desvanes.

Hay paños policromados, donde predomina el color salmón y otros de un cromatismo más sobrio, pero en todos la figura central es el árbol de la vida como expresión de fecundidad, de donde nacen otros bordados con motivos como pájaras, leones, peces y todo tipo de símbolos vegetales.

Si se confeccionaba para la novia, las figuras que le acompañaban son dos pájaras, y si lo encargaba la familia del novio, entonces se bordaban dos leones junto al árbol de la vida.

A su vez, estos iban acompañados de otros elementos, todos cargados de connotaciones: si se le sumaba un corazón significa que la novia estaba muy enamorada, y si se le acompañaba de una trucha, entonces imploraban a la divinidad fecundidad para la casamentera.

El Corpus Christi de La Alberca también se diferencia por los altares que se levantan en la calle, construidos por los propios vecinos, por donde va parando el Santísimo.

Estos altares sobresalen por el arte sacro popular, con relicarios e imágenes que aportan los propios albercanos.

Todo ello dentro en una procesión donde los hombres y mujeres se visten con los mejores trajes: el de dagalejo, el de vistas o el traje de la saya, si se trata de mujeres, o con la sobria capa castellana, en el caso de los hombres.

El traje de dagalejo lo visten las mozas aún solteras, el de la saya o traje serrano es el más popular de la indumentaria de los pueblos de la Sierra de Francia y el traje de vistas es el que la mujer se pone el día de su boda y en fiestas civiles y religiosas de relevancia.

En estos días como el Corpus Christi, las mujeres viudas de La Alberca exhiben su luto con el denominado traje de ventioseno.

Los altares, los paños y los trajes no dejan indiferente a ninguno de los cientos turistas que este día inundan las callejas de La Alberca.

Los trajes tampoco dejaron indiferente al pintor Joaquín Sorolla que los quiso inmortalizó en sus lienzos, como el que dedicó al traje de vistas de La Alberca, que ahora se exhibe en el museo Hispanic Society de Nueva York.